La seca: conocimiento, control y restauración de zonas afectadas

Fitóftora (Phytophthora cinnamomi  Rands) constituye un amenaza de primer orden para los encinares y alcornocales. Este patógeno provoca el decaimiento y seca de estos árboles y por tanto reduce la capacidad productiva y la persistencia de estos ecosistemas. Este proyecto pretende reunir conocimiento útil y poner a punto herramientas para mejorar la eficacia en la lucha contra la seca de encinas y alcornoques. La actividad se centrará en tres áreas: conocimiento de la enfermedad, control de la enfermedad y restauración de zonas afectadas.

En la línea de trabajo con la seca las herramientas de diagnóstico son un instrumento imprescindible de la investigación. Este equipo en proyectos anteriores ha mejorado considerablemente su eficacia en la detección mediante cebos en muestras de suelo, raíces y agua y ha ensayado con la técnica de PCR convencional y anidada aunque debido a las dificultades de extracción del ADN del suelo no se han conseguido mejoras sustanciales. La PCR a tiempo real es método más avanzado y de mayor resolución. Durante 2014 se han dado los primeros pasos en la puesta en marcha de un sistema aun que las limitaciones de personal y cualificación han impedido su plena operatividad. Se propone dotación de personal cualificado en técnicas biomoleculares y la formación del personal del centro para poner en marcha este método de diagnóstico.

En el anterior proyecto se ha avanzado en el conocimiento de la enfermedad en cuanto a la presencia temporal y espacial del patógeno a escala de parcela. Es necesario conocer como fitóftora se mueve a escala de finca o de cuenca, donde se hallan las zonas fuente de propágulos, cuales son los principales vectores y que zonas son las más propensas a la infección.

En cuanto a los tratamientos, existe una serie de fito-fármacos tanto de origen químico como biológico, que se emplean ya en la lucha contra las fitóftoras agrícolas pero que no han sido ensayados suficientemente para su empleo en la protección de las encinas. Por otra parte van surgiendo otros principios y propuestas que es necesario probar. Algunos de estos agentes de control han resultado efectivos ‘in vitro’ por lo que se debe pasar a  realizar ensayos ‘in vivo’, primero en condiciones controladas y después en campo.

Por último con respecto a  la restauración de los focos de seca, es decir su repoblación con árboles y su rehabilitación productiva, durante los dos últimos años se ha ensayado la resistencia de varias especies arbóreas, algunas han demostrado poseer resistencia en condiciones de vivero. Es necesario finalizar los test con otras especies y realizar ensayos de campo para confirmar esta resistencia. Del mismo modo, se considera iniciar el cultivo de las especies leñosas que van a ser ensayadas en el próximo año, tanto en restauración (higuera y algarrobo) como en tolerancia (jaras y otros arbustos de la dehesa).